Noche, y día de perros (Se acabó)

Tenía todos los condimentos necesarios como para ser un fin de semana tranquilo, lluvia, nada que hacer de importancia, imposibilidad de encontrar algo interesante que hacer en glew, etc.
El sábado a falta de trenes, tomamos con mi señora el 79 desde constitución hasta glew, todo el trayecto parados, y medio incómodos. 2 horas dura, y aún quedaba trecho para el colectivero y para otros pasajeros que iban hasta San Vicente.

Llegamos a casa como a las 10 de la noche, y encontramos que el Chucky no estaba.
Nada raro, es un loco callejero, pero, era muy tarde, y se habia escapado con la correa colgando, por lo que tanto mi señora como yo, acusamos que alguien, ya sea de buena onda o de HijodePuta se habia quedado con el perro.

Salimos a la noche y no lo encontramos, mientras ella acusaba que lo escuchaba ladrar, puesto que ladra muy particular.

Nos fuimos a dormir, y si bien, ninguno de los dos no pudo dormir bien, nos levantamos temprano, y ella, salió a comprar algo, y se llevaba $5, le dije, NO, no lleves esos, llevá éstos 5 pesos, ya agotaron su cualidad de karma positivo.

Salimos los dos en busca del Chucky, al principio enfilamos para el este, por el unico asfalto disponible en la zona, nos metimos por adentro, nos metimos en el barro hasta los tobillos, silbamos, hicimos, ruiditos que él reconoce, y todo, en forma infructuosa.

La tristeza, me ahondaba, y seguro a mi esposa tambien, ella, tiene mucho más amor por el perro que yo, por lo que me ponía doblemente triste al acusar la perdida del perro, y sentir en el fondo del alma de mi esposa, la tristeza de ya no tener a su mascota.
Estuvimos caminando como una hora y media hacia un lado, cuando decidimos volver hacia el otro, emulando el camino que sabemos que es rutina de él. Hicimos unas 7 u 8 cuadras, y ella se adelanta, empieza a correr y dice: Ahí está!!!,
Yo lo vi tarde, pero lo vi, lo tenía un changuito que lo estaba paseando en bicicleta, sujeto de la correa con la que se habia escapado.

No sé como describir el cuadro, por un lado la alegría de mi esposa de haberse reencontrado con la mascota, por otro, la alegría mía de haber reencontrado a la mascota, y en un tercer lugar, que en realidad para mi ocupó el primero: La Alegría de ver a mi esposa alegre.

Chucky, por supuesto acusó alegría de volver, mucho cariño, mucho beso y los mordiscos típicos de un perro que se rencuentra con el amo.

Luego lo llevamos a la casa, lo bañamos, lo atendimos bien, y le dimos alimento, y unos trapos para que se echara en el piso, como tenía frío se metió en la cama, y se tapó con los acolchados.

Más de noche, volvió a la normalidad, y se fue, a callejear como es costumbre de él, la diferencia es que ahora, nos da un poco de miedito dejarlo suelto.

Moraleja:
"Los 5 pesos, ya cumplieron su balance karmico, pero me lo hizo saber de una forma absolutamente desagradable"