Del ¿buen? Comer...

Hace ya un par de semanas que por trabajo estoy en brasil. Al norte, bien al norte, 2° debajo del ecuador, esto es Sao Luis.

Uno de los temas que yo pensé que menos me preocuparía(dejando de lado el trabajo, eso es otro horror), es el de la comida, resultó que acá hay costrumbres muy distintas, acá se come de todo todo el tiempo.

Mi primer semana acá me la pasé comiendo de todo, porque no hay opcion a veces.
En general, se trata de restauranes, cuyos platos se sirven como en un tenedor libre, y a su vez, todo se pone en el plato, y uno se lo lleva a una changuita que pesa la comida, y esto es lo que uno paga, un precio por kilo y su consecuente fraccion.

Abundan en las comidas, o mejor dicho, nunca faltan en las gondolas de estos restauranes, el arroz blanco, arroz con alguna salsa, porotos de todo tipo, color y sabor, en distintas combinaciones de cocina. Feijoadas, mandiocas fritas, fideos, pasteles de carne, cangrejo, y/o camarones, ananás, papas hervidas o fritas, Farofa, que es como una especie de harina de mandioca, algunas cosas que no se que son pero que parecen pan rallado, y todos los brasucas se sirven contentos, panqueques de carne o de pollo, asado de panela(carne con cebolla al horno y puede que este relleno con una zanahoria), jugos de las frutas mas variadas, cajá, cajú, maracuyá, bacurí, goiaba, uva, anana, naranja, mandarina, capuacú.
En fin todo un verdadero combo de cosas, las cuales traté de meter todo lo que pude para probar y ver que es lo rico y que es lo incomible.

Un viernes me clavé 505 gramos de comida en el plato, si cargaba 500 no pagaba. parte de estos 505 gramos, era una feijoada, hecha con poroto negro, chorizo colorado, grasa, mondongo, panceta, condimentos y otros, dandole un color negro azabache a la mezcla, pero con una pinta majestuosa. Sumé un bife envuelto en una tira de panceta, una feta de espeto, un poco de fideos y 2 pedacitos de mandioca frita.

Me llevó un tiempo pero entré todo.

El sabado amanecí con dolor de cabeza, me sentía pesado, al medio dia mi estado era deplorable, un trapo, y ahí se acomodó la cosa, era tanto, que parte quería huir por el norte, y la otra queria huir por el sur.
Las dos me amenazaban queriendo ganar su batalla contra mi cuerpo. Éste peló todo su coraje y los mantuvo a raya todo lo que pudo, hasta que cayeron las vallas:

Ganó el sur, por supuesto. unas 4 veces.
El norte dio pelea, pero mi cuerpo lo defendió, y evitó que el norte no ganara ni una sola vez.
EN cambio el sur, hacia y deshacia, unas 2 o 3 veces mas.
Y se acabó el problema. Me tiré una merecida siesta.
Me levanté mejor pero con un abombamiento en la cabeza, realmente imposible.
Salimos a cenar a la noche, me tomé solo un agua sin gas.
El norte, tiró su ultimo manotazo de ahogado, pero al ver el terreno de batalla, decidió abandonar la pesquisa.
Me sentía mejor pero a mi cabeza la estaban zapateando.
El domingo amanecí bien. no almorcé pero a la noche, me clavé unas empanaditas fritas y unos filé con catupirý, una cerveza y un poco de arroz branco con una salsa de parmesano.

Ahora retomé mi ritmo habitual, cada 3 o 4 días, y todo está re bien.